lunes, 26 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD



Una nueva Navidad



En las tradicionales fiestas de Navidad no faltan los cantos de los villancicos navideños.








Origen de los villancicos


En la Edad Media, estas alegres canciones nada tenían que ver con la Navidad, religión o el nacimiento de Jesús, sino que se trataba de alegres composiciones que se cantaban en el mundo rural y cuyo fin era ir explicando los acontecimientos que habían sucedido en las villas (amores y desamores, fallecimientos y/o todo aquello que era de interés del pueblo). 

Al ser cantado por los habitantes de las villas pasó a conocerse a estas composiciones como villancicos.

Miembros eclesiásticos vieron en este tipo de canción sencilla una manera de comunicar el mensaje del evangelio, por lo que empezaron a adaptarse numerosas coplas con motivos religiosos y, sobre todo, con el nacimiento de Jesús y la Navidad.

La Iglesia ya tenía desde mucho antes sus propias composiciones musicales, pero la forma del villancico, al tratarse de canciones sencillas, rima fácil y letras sencillas, podían ser memorizadas por todas las persona.

Este tipo de villancico se popularizó rápidamente, convirtiéndose en canciones ampliamente interpretadas en las Iglesias durante los oficios religiosos y que después eran cantadas por el pueblo en sus reuniones familiares, siendo una manera rápida y eficaz de llevar a muchísimas más personas el mensaje del evangelio.

Desde entonces, y hasta llegar a nuestros días, el concepto, rima, letras y melodías ha ido evolucionando a lo que hoy conocemos como villancico.


Villancico Noche de Paz






Posiblemente es el villancico más popular de cuantos se cantan por estas fechas. Se lo debemos al sacerdote Joseph Mohr, quien en 1818 decidió encargar a Franz Xaver Gruber, organista y director del coro de la iglesia de San Nicolás (en la población austriaca de Oberndorf) donde celebraba sus oficios religiosos, que pusiera música a unos poemas que había escrito y que deseaba que se cantaran en la Misa del Gallo de aquel año.

Uno de esos poemas llevaba por título ‘Stille Nacht’ (Noche de silencio) y se estuvo cantando todas en la iglesia durante las siguientes navidades hasta que quince años más tarde, en 1833, el viejo oógano se estropeó y acudió a repararlo uno de los mayores expertos de la región (llamado Karl Mauracher) quien vio la partitura del villancico y decidió copiarlo para interpretarlo en la población Fügen donde residía.

Allí gustó enormemente esta composición, hasta tal punto que el propio Mauracher les entregó una copia de la partitura a la ‘Familia Rainer’, una saga de cantantes tiroleses que recorría toda Europa interpretando todo tipo de canciones populares, incorporándolo a su repertorio.

El villancico fue interpretado frente al público más selecto de la época (reyes europeos, el zar de Rusia, el presidente de EEUU) en la gira internacional que realizó la Familia Rainer.

Durante las siguientes décadas se convirtió en el villancico más famoso del planeta, aunque se desconocía por completo quién podría haberlo compuesto. No fue hasta 1995 cuando se encontró casualmente el manuscrito original y se descubrió que los autores fueron Joseph Mohr (letra) y Franz Xaver Gruber (música).

Ref: http://blogs.20minutos.es/

       

viernes, 2 de diciembre de 2016


 No podemos quedarnos mudos e indiferentes ante los acontecimientos que han dado la vuelta al mundo, así que sin más, reseñamos la vida y obra de un gran hombre que se nos ha adelantado.
   Este gran personaje no tuvo una vida fácil, al contrario, su visión del mundo y de cómo debería de funcionar le acarreó grandes dificultades y no pocos peligros, antagónicos enemigos gratuitos que se creyeron cuentos inventados ex profeso para desacreditarlo y denostarlo, le tendieron trampas e incluso cometieron atentados contra él y su familia.
   ¿Qué hizo este hombre para merecer todo esta violenta andanada?
   Rompió con lo establecido, dio orden donde no lo había.
   En la época previa a su llegada, los grandes y poderosos señores, dueños de vidas y voluntades, mandaban con poco tino y peores resultados, buscaban su propio provecho sin importarles la suerte del pueblo, mientras tuviesen para ellos, los demás podían seguir sudando sangre, sumidos en la más absoluta miseria.
   Es cuando llega nuestro personaje a la historia, irrumpe y rompe la tradición de los gobernantes.
   Al principio sus vecinos creen que se trata de una revuelta como otras muchas, que restablecida la paz el recién llegado se pondría bajo las órdenes de los poderosos.
   Pero no fue así, nuestro personaje no solo rompió con lo establecido, puso nuevas reglas de justicia y equidad para todos los habitantes de la región, llevó los alimentos hasta los más humildes y necesitados, el agua no era ya privilegio de los poderosos, creó escuelas donde todos pudiesen estudiar, creó pueblos donde todos tuviesen sol, agua, tierra y fuego por igual, todos habitantes podían opinar con respecto a las mejoras de su vida particular y de su comunidad.
   Este hombre grande, blanco y barbudo cambió el paradigma, hasta entonces se consideraba que era el pueblo quien tenía que sacrificarse para bien del orden establecido, a partir de su llegada esto cambiaría drásticamente, no habría más castas privilegiadas viviendo a expensas del dolor,  la sangre y los altísimos tributos impuestos a fuego y muerte por los antiguos amos.
   Esto molestó sobre manera a las antiguas castas, aquellos privilegiados que vivían como parásitos vieron amenazada su inútil existencia, en respuesta pusieron su ingenio, sus recursos y poder en contra de este gran hombre.
   La campaña fue cruel y larga, sus propios vecinos maquinaron contra él y su manera de ver el mundo, le inventaron historias ridículas y torpes que repitieron hasta la náusea, compraron voluntades aún de su familia cercana y de sus allegados, tendieron innumerables trampas de las que salió ileso, tiraron basura en su jardín, en fin, asesinaron incluso a personas que lo seguían. Por el puro y perverso placer de llenar de terror a sus seguidores fueron capaces de hacer los más innobles actos que el mundo había visto.
   Todo para recobrar el perdido poder y seguir viviendo a costa del pueblo.
   Nuestro hombre luchó sin descanso, logró mantenerse sin perder lo mejor de sí, su pueblo aprendió a amaro y defenderlo, pues defenderlo a él era defenderse a sí mismo, defender su integridad y su derecho a ser como ellos quisieran ser.
   Al final nuestro buen hombre sucumbió, la vieja casta de antiguos amos y lambiscones que los acompañas hicieron fiesta y ruido, el pueblo, su pueblo le llora y despide con tristeza, lo recuerda siempre y no permite ni permitirá que su memoria y su legado se pierda.
   Además, este gran hombre, este símil de Hermes, este personaje grande, blanco y barbudo que nos trajo la ilustración y la justicia, prometió regresar, y lo hará para acabar de poner orden en donde el caos pretenda imponerse.
   Este es, en un muy apretado resumen, la vida y obra de un hombre blanco, alto y barbudo que se llamó Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl (Señor Uno Caña, nuestro príncipe Quetzalcoatl).

Y no lo duden, regresará.