2019 y viajar a Cuba, sin duda
era todo un sueño y sería tremendo poder estar en tan importante lugar y en fecha
tan señalada.
Justo en este año se cumplen
500 años de la partida comandada por Hernán Cortes a tierras continentales.
Quería ver la bahía de la
Habana, navegar por sus aguas, capturar con todos los sentidos aquel canal que
llega al mar abierto, todo bajo este sol que ha iluminado por medio milenio
esta historia.
La Seiba |
La figura de Cortes y su ejército
divide aun hoy a propios y extraños.
¿Fue bueno, fue malo?
Cada quien tiene su propia
opinión, la mía es que al desobedecer a Diego de Velázquez y partir, Cortes
involuntariamente enlaza para siempre las historias de Cuba y México.
Bahia de La Habana |
Y es desde entonces que ambos países
tenemos una historia en común.
Quería ver la Habana con esta
mirada, con 500 años de historias.
Cuenta también el reencuentro
con todos los queridos amigos a los que ya extrañaba más de lo que admito,
gente querida que nos ha abierto su casa, su amistad y su corazón.
Concierto 100 |
Otra más, Silvio Rodríguez y
toda su maravillosa gente celebran el concierto 100 por los barrios.
Cuenta por supuesto el increíble
encuentro con Orlando Borrego que es tanto como el encuentro con la historia
reciente de Cuba.
Orlando Borrego |
Y, claro, mi cumpleaños, no
puede ser mejor pues además estoy acompañado por mi linda Lupita a la que tanto
amo.
De pronto la rueda de la
fortuna gira, el diablo mete la cola, la vida impone condiciones, un poder
Supremo decide, coincidencias simples, no sé.
Justo el día de mi cumpleaños
y a 1800 kilómetros mi padre falleció.
Le debo una enorme disculpa a
los amigos todos, los sentimientos me derrumbaron, aun cuando hicieron todo
cuanto pudieron por animarme no pude corresponder a sus esfuerzos.
Al día siguiente escribí estas
líneas que ahora les comparto:
“La Habana, Cuba, marzo 2019.
Hace un par de días me enteré
que mi padre había sido internado en un hospital, a diferencia de un largo tren
de entradas y salidas de urgencias, en esta ocasión la condición es grave.
Dejé de escribir este diario
de viaje.
Hoy me entero que falleció
ayer, poco antes de la media noche.
He llorado un poco, muy poco y
me he acordado de muchas vivencias.
Al final encuentro y recuerdo
historias hermosas, historias muy malas y aún terribles.
Encuentro a mi padre como un
ser humano.
No lo juzgo, no podría, ni lo
culpo ni lo cuestiono, tuvo sus motivos y justificaciones para su actuar y
afrontó las consecuencias de sus actos.
Le agradezco haberme dado todas
las lecciones, todos los ejemplos, para bien y para mal, que han dado como
resultado el que yo sea como soy.
Supe que su transición fue
tranquila y sin dolor, que no sufrió.
Estoy cierto que su velorio no
será presidido por imágenes religiosas, no creía en ellas.
¡Buena caza hermanito!”
No había escrito desde
entonces, pero creo que es tiempo de regresar a éste mi Puente querido y a mis
amigas y amigos de la vida.
Gracias por ser y estar.