sábado, 5 de diciembre de 2015

Las Peñas


Las Peñas

El Sapo Cancionero

   En estos días me he puesto a recordar un poco las peñas folklóricas, con nostalgia y algo de curiosidad me puse a investigar el origen de las peñas.
Lo que encontré fue una encarnizada contienda entre Argentina y Chile por la sede del nacimiento de las peñas, estoy seguro que si rasco un poco más, Brasil y Uruguay también serán parte del festín.
Sea cual fuere el origen de las peñas (amigas y amigos chilenos, argentinos, uruguayos, brasileños, ésta es su oportunidad) lo cierto es que llegan a México muy a principios de los años setenta, son aquellas personas que han sido obligadas a abandonar su tierra y raíces, los exiliados quienes empiezan a compartir su música, sus gustos culinarios, su manera de ver al mundo, en fin, su cultura.
Si me permiten, quiero contarles mis experiencias de aquellos años.
   Ya antes les había contado de aquel gran hombre, grande en miras, en bondad y talento, grande también en altura, Jorge González “El Brujo”, integrante de Sanampay y para más señas mi tío.
   En aquella época Jorge forma aparte de un grupo llamado “Icnocuicatl” y el repertorio del grupo incluía canciones de Violeta Parra como “el rin del angelito” y Víctor Jara como “Te recuerdo Amanda”, también  canciones como “El tío caimán” o “El tigre rasurado” entre otras que ya no recuerdo.



La Peña Móvil


   De los grupos recuerdo a Icnocuicatl, a la Greña Móvil, a Antar y Margarita, al Duo Deno y poco más, había solistas y otros muchos grupos pero no me acuerdo de los nombres.

Peña Tecuicanime

   Los lugares donde se presentaban eran meros  garajes provistos de algunas mesas y bancos impares, un par de focos medio apuntados hacia el escenario y armados con dos o tres micrófonos con amplificador que buenamente prestaba algún afortunado poseedor de dichos aparatos.
   De alguna recámara contigua salían afanosas las compañeras de los músicos, a repartir un café que se incluía en el precio de entrada, también había cerveza en tarro y quesadillas pero se cobraban aparte.
   Nebulosamente recuerdo que se llevaban alimentos ya preparados para la convivencia de todos, pero no me acuerdo bien, no puedo asegurarlo.
   Las casas-peñas eran propiedad de los padres y madres de los cantantes, que siempre estaban presentes y eran los que aplaudían más fuerte.

El Mesón de la Guitarra

   Recuerdo una antigua casona en la Colonia Roma, en una descomunal recámara estábamos metidos muchas gentes para el concierto, en ese momento sube al escenario –una tarima puesta ahí mismo- una joven integrante del grupo que abría el concierto, discretamente se asoma por la puerta una mujer algo mayor y la llama, algo le dice al oído y desaparece, la joven retoma su lugar en la tarima y nos informa que no se puede fumar dentro de la habitación “porque a mi mamá no le gusta”. Los fumadores apagaron sus cigarros  todos encendimos una sonrisa.
   De aquella época recuerdo a la Peña El Sapo Cancionero, Tecuicanime (ambas aún existen), El Cóndor Pasa, El Mesón de la Guitarra, la Peña Móvil (que por los gustos capilares de los integrantes les decíamos “La Greña Móvil), el infaltable CEFOL (Centro de Estudios Folklóricos Latinoamericanos) y otros muchos que de nombre escapan a mi memoria, pero no del recuerdo.

Peña El Cóndor Pasa

   Muchas de estas peñas desaparecieron, trataron de adecuarse a las cambiantes épocas, donde aquel saborcito solidario de ataño fue cambiado por cocinas industriales, atentos meseros atienden con esmero lo que antes convidaban las compañeras y el café antes incluido, ahora se cobra aparte.
Incluso tengo el mal recuerdo de la peña El Cóndor Pasa, donde en un ambiente desdibujado algún grupo que más que cantar se la pasaba diciendo “Nos han preguntado por nuestra opinión política, nosotros no tenemos ninguna opinión política”. Los meseros desatentos y hasta groseros, poco público disperso  y distraído que se la pasaba platicando durante el concierto.
   Fueron aquellas primeras peñas las que funcionaron como una amable puerta por donde entró a nuestras vidas toda aquella música y más, como la Nueva Trova Cubana o la música brasileña.
   Otra música que encontró un lugar fue la música mexicana. Durante mucho tiempo se consideró a la música folclórica a la que provenía del Cono Sur y nada más, pero el trabajo de grupos muy importantes como Los Folkloristas o Sanampay pusieron el dedo en el renglón, folklore es La Canción con Todos y Dalia Chinita también (canción purépecha). Hay una sabrosa anécdota familiar en torno a esto, pero tengo que verificar antes de comentar...
  Y es que los orígenes de las peñas en México se basaban en la difusión musical y hasta gastronómica, se divulgaban canciones que nunca serían puestas en radio o televisión (salvo honrosas excepciones como Radio Educación o Radio Universidad), las bases de la Peñas eran difundir la Paz y la Solidaridad, el respeto y el gusto por buena música, comida y compañía.
   Curiosamente cosas todas que he encontrado en este Puente Cubano, al que tanto quiero.

   Por favor, les pido a las amigas y amigos del Cono Sur, se sirvan de estas líneas para aclarar el punto ¿Dónde nacieron las Peñas?