viernes, 29 de junio de 2018

Viaje a La Habana 2018



La Habana.


6 de febrero.

Definitivamente no era mi intención regresar a La Cabaña, la anterior experiencia no fue nada grata y de verdad no tenía la menor gana de repetirla.

Pero hay un par de presentaciones extraordinarias justo ahí en La Cabaña, invitación por demás atractiva que vence con facilidad nuestra animadversión.

Así que salimos temprano, tanto que llegamos media hora antes de que abrieran las puertas al público.

Por la puerta de San Ambrosio.


Entramos por la puerta de San Ambrosio, asunto por demás fortuito pues la sala Nicolás Guillén, donde se presentarán los libros está justo al paso.

Ambos libros giran en torno a la vida de Carlos Manuel de Céspedes, considerado en Cuba como el Padre de La Patria.

Presentaciones.


“El camino de la desobediencia” es uno de los títulos, se trata de una novela biográfica de Don Manuel de Céspedes.

“El diario perdido” es el otro título, es el mismísimo diario de Céspedes durante la gesta por la independencia cubana.

Los títulos son de por sí interesantes y de naturaleza cautivante, aún más por la posibilidad de que el mismo autor y compilador estuviese presente.

No es una seguridad, el autor ha estado delicado de salud y nada aseguraba su presencia.

Para nuestra absoluta fortuna no fue así, un tanto más tarde de lo programado se apersonó Eusebio Leal.

Primero presentó la novela, se limitó a leer la introducción, muy interesante y absolutamente atrayente.

Luego habló del Diario Perdido ahí inició la magia.

Por más de veinte minutos Eusebio nos relató la increíble historia del diario original, de cómo llegó a sus manos y del trabajo minucioso y artesanal que realizaron para poder editarlo, de las personas que intervinieron para bien y para mal, los que decían saber, los que de verdad sabían.

Veintitantos minutos asombrosos en que Eusebio Leal no dejó hueco alguno, nos cautivó con su voz cubanísima, con todas las tablas, con absoluta sapiencia, nos atrapó, nos elevó, nos hizo tener en las manos el diario original, nos transportó a la campaña de Carlos Manuel de Céspedes, a su tiempo y a sus gentes.

Veinte minutos que no supe si el sol seguía su camino, si los vientos giraban en torno a las mariposas, si el mar nos rodeaba amoroso, ni siquiera sé si pestañee en algún momento.

Eusebio Leal es un orador asombroso, increíble, único.



Estoy muy feliz y contento, satisfecho de haber estado en La Cabaña el día de hoy.

Ya Pato nos contará de esta foto.


Afuera no faltaron aquellos jóvenes bocineros reguetoneros, pero son pocos y afortunadamente tenían el volumen bajo, también hay basura, pero mucho menos que el fin de semana.

Día muy agradable.





Pasado el medio día nos retiramos, el cielo permanece nublado pero el calor aprieta. Fuera de los muros de La Cabaña muchos niños y adultos vuelan papalotes.

Vuelos.


Jóse nos confirma la buena noticia (ya Lupita la había recibido por teléfono), Ana regresa a casa, la dieron de alta, tiene que regresar al hospital solo para curaciones.

A eso de las cinco de la tarde Ana ya está en su casa, es una fiesta.

Mañana temprano es la presentación del libro “El tiempo que nos tocó vivir”, otro libro con una historia asombrosa, pero eso, como ya lo dijimos, será mañana temprano.



jueves, 28 de junio de 2018

Viaje a La Habana 2018


La Habana.


5 de febrero.

El calor ha dejado caer su peso, cielo sin nubes, azul profundo, sol pleno.

No tenemos la mínima gana de salir a cargar al astro rey sobre nuestras espaldas, así que dejamos pasar toda la mañana y parte de la tarde antes de salir.


Foto Habana.


Fuimos a La Habana Vieja, recorrimos algunas calles, pasamos de nuevo a “La Reliquia” a refrescarnos, ya después partimos a casa de Doris.





Calle Obispo.

Llegamos a eso de las seis, Osmar ya estaba ahí y el resto de los invitados fueron llegando poco después.

Subimos a la terraza, a la que se accede por una escalerilla que no hace otra cosa que recordarme la del módulo lunar.

Desde la terraza se tiene una muy buena vista de La Habana, si de por sí es muy bella la estampa diurna, la nocturna es preciosa.

La Habana de noche,.


La comida preparada por Doris fue muy bien orquestada, realmente rica, todo aderezado con vinos, charla agradable llena de anécdotas y buen humor, todo cubierto por el cálido manto de la amistad.


Amistad.


Jóse y el unicornio pasaron por nosotros, regresamos a casa a eso de la media noche.

viernes, 15 de junio de 2018

Viaje a La Habana 2018



Plaza de San Francisco.


4 de febrero.

Pues no.

La información que me dio Pato era falsa, muy falsa.

No había tal invitación para una cena el lunes.

Fue comida y fue hoy ¿De dónde sacó Pato que la cita era otro día y hora? ¡A saber! Pero el quilombo fue mundial… bueno varias naciones estuvieron involucradas por la Patoculpa.

Todo se arregló desde ayer, cosa como que Lupita me preguntó si ya estaba enterado de la noticia.

-Sí- le dije –Ya Pato me dijo- ¡Pero no sabíamos que lo que me dijo era información PatoMala!

 El punto se empezó a aclarar porque alguien dijo “es comida” y yo dije “es cena”, incluso Patomalo corroboró con todas sus plumas que era cena el lunes.

Llamadas de ida, llamadas de vuelta, total Pato malaje se ganó unas miradas muy feas.


Plaza del Templete.

Antes de llegar al lugar de la cita, nos encontramos en el Templete, lugar donde se celebró el primer cabildo en la Ciudad de La Habana en 1514.

El Templete.

En el rato que tuvimos antes de reunirnos pude tomar algunas fotos de esta parte de la Habana Vieja.

Martí.

La verdad no me acuerdo quién es.

Calle habanera.

Después vino la reunión, tres horas de plática en amistad, fue una tarde espléndida.



¿Quieren detalles?

Lo siento, lo que pasó en La Habana, se queda en La Habana.

Encuentro fortuito.

Al salir del restaurant nos encontramos con René González y Olguita.

Plaza de San Francisco.

Aduana.

Fuente

Templo de San Francisco.




Repito, fue una tarde espléndida.


En la noche tomé fotos de algunas constelaciones.

Casiopea.

Las siete hermanas.



martes, 12 de junio de 2018

Viaje a La Habana 2018

La Cabaña.




3 de febrero.

Después de un bonito desayuno (bueno, nosotros desayunamos, Pato tomó un café), nos fuimos montados en el Unicornio rumbo a La Cabaña, pues allá es la sede principal de la Feria Internacional del Libro en La Habana.

Antes llegó Ana de su ida al hospital, le aplicaron los medicamentos que le prescribieron.

Llegamos pues a La Cabaña.

Garita.


Ya había descrito alguna vez este lugar, es una fortaleza novohispana con todas las de la ley, fosos, puentes levadizos, troneras, almenas, garitas para centinelas, en fin, todo un fuerte.

Fue construido por la Corona Española para defensa de ataques piratas, corsarios, ingleses, holandeses, portugueses, en fin.

Amistad y fortaleza.


Alguien, no se quien, me comentó que el fuerte nunca fue atacado, otros me dijeron que sí, que los ingleses desembarcaron fuera del alcance de los cañones del fuerte e invadieron La Habana y la dejaron en ruinas.

Bueno, eso es historia.

Llegamos a La Cabaña y ya había mucha, muchísima gente adentro, y no dejaban de arribar más y más visitantes.

Ahora un paréntesis algo largo y poco grato.

Verdaderamente habíamos mucha gente en La Cabaña, era difícil caminar y era muy evidente la actitud un tanto osca de muchos jóvenes.

Era muy notorio que arrojaban la basura en cualquier lugar, latas de refresco y cerveza, envoltorios de frituras, papeles varios, todo se multiplicaba con rapidez en los pisos centenarios del fuerte, aquellos pasillos en que hace cincuenta años resonaran los pasos del Che y que ahora reverberan al compás nada amistoso del reguetón.

Muchos, muchos jóvenes llevan bocinas portátiles de gran poder que de manera gratuita nos inundan con esta música producto de la mercadotecnia.

Jóvenes, bocinas, reguetón y basura.


Ya de por sí es bastante desagradable escuchar las letras carentes de cualquier valor estético, más aún en un evento de talla internacional como lo es una de las ferias del libro más importantes de Latinoamérica y en un lugar histórico como La Cabaña.

Placa conmemorativa.


Por otra parte, la organización está algo desorganizada, los puestos de información tienen mapas del lugar, pero no tienen información de las presentaciones y/o en que salas estarán las mismas o donde encontrar una editorial.


Centro Cultural Pablo, fue un triunfo encontrarlos.


Otro asunto que notamos, fue que muchos de los asistentes, sobre todo los jóvenes bocineros no entraban a los stands de libros, mucho menos a las presentaciones, se quedaban afuera, en los pasillos dando vueltas y repartiendo basura y reguetón. Incluso vimos un grupo de estos jóvenes entrar a una de las galerías, salieron más rápido de lo que entraron y no vieron un solo libro.

Demasiada gente que iba a pasear y a tirar basura.

Quede bastante desencantado, no me gustaría repetir la experiencia.

Lo que es bien cierto es que una muy buena amiga cubana nos advirtió de este fenómeno, nos dijo claramente que ella no iba a la feria en fin de semana, que es de lunes a viernes cuando el evento tiene la seriedad que debería tener de inicio a fin.

Fin del paréntesis algo largo y poco grato.

Fuera de La Cabaña hay una exhibición militar, misiles, tanques y aviones del ejército cubano, también están los restos de algunas aeronaves utilizadas durante la invasión norteamericana a Bahía de Cochinos.




Mig-21 de la era soviética.


De salida Jóse nos lleva por el Cristo de La Habana, pasamos a verlo pues Pato no conoce la escultura.

El Cristo de La Habana.


Sorprendimos a un guía de turistas, estaba poniéndose de acuerdo con el tiempo que se podían quedar en el lugar, el monólogo fue más o menos así:
-Tú ours mucho problem, guan ora is bien-
No recuerdo con exactitud la negociación, pero era muy divertida.

Más tarde, ya en casa de Ana, Pato me dice muy contenta que Silvio había invitado a una cena para el próximo lunes, yo de puro provocador le dije:

- ¿Invitación para una cena?
- ¡Sí! El lunes por la tarde- Contestó la Pato
-Ah, pues que les vaya muy bien- (Te digo que andaba yo de molestón)
- ¡Que también vos estás invitado, guacho! - y no sé qué otras cosas impublicables me dijo la Pato.

Me encanta cuando Pato me dice que soy un guacho total.



lunes, 11 de junio de 2018

Viaje a La Habana 2018


Ayer (1 de febrero) ya después de escribir el diario y dar por cerrada mi libreta, el noticiero televisivo dio la nota de la muerte del hijo mayor de Fidel. La nota fue escueta y corta, algo confusa, no la retomaron.

Sigo con el diario.

Casa de Las Américas.


2 de febrero.

Salimos temprano a bordo del Unicornio con rumbo a La Casa de las Américas, otro de los pendientes que teníamos de viajes anteriores.




En el marco de la Feria Internacional del Libro de La Habana se presenta en éste lugar, los primeros libros editados por el sello “Ojalá”.


La Casa de Las Américas.

La actividad se da en la sala “Ernesto Che Guevara”, es un salón enorme, las paredes están adornadas por cuadros de gran formato y el escenario cuenta con un enorme y asombroso árbol de la vida, obra mexiquense en barro cocido, modelado y pintado a mano.


Árbol de la Vida en La Casa de las Américas.


Se presentan dos libros, el primero es una compilación de las entradas que Guillermo Rodríguez hiciera para Segunda Cita, blog de Silvio Rodríguez.

Primera presentación.


Justo al iniciar el evento hubo una pequeña serie de fallas en el ajuste del audio, por los altavoces salió aquel sonido agudo y chillón que conocemos como retroalimentación, ese agudo alfileterazo al oído que nos obliga a apretar los dientes y cerrar los ojos. El operador ajustó rápido pero nos obsequió un par de recuerditos sonoros.

Silvio, que ya estaba en el podio, tomó la palabra:

-Es un ataque sónico -  Dijo.

La sala llena le contestó con buen humor.

Hubo muchas y muy variadas personalidades en la sala, pudimos ver a Frank Delgado, Niurka, Malva, Víctor Casaus, Fernández Retamar, Leo Brouwer, en fin, mucha gente.
La presentación fue amena y ágil, lo malo fue que llevaron muy pocos ejemplares y muchos nos quedamos sin la oportunidad de adquirir los libros.


La canción el Cuba a cinco voces.

El segundo libro que se presenta es la joya "La canción en Cuba a cinco voces", asombroso libro.


Portada.



Sala "Ernesto Che Guevara"


Salimos de La Casa de las Américas y tomamos rumbo a algún restaurant pues todas las naciones de la Casa de Ana nos habíamos saltado el desayuno por salir temprano y ya urgía.

Primero entramos en lo que creíamos que era una buena opción, pero resultó que después de un rato no nos habían dado ni los buenos días, incluso notamos que algunos comensales ya habían sido atendidos aun cuando llegaron después.

No encontramos al mesero para cancelar el pedido, así que salimos del lugar.

Encontramos pronto otro sitio, buen trato, comida bien servida y buenas maneras en el trato. No recuerdo el nombre, pero tenían ropa vieja, muy rica.

Salimos a la tarde habanera, rica y sin mucho calor, pese a que había estado despejado toda la mañana.

Silvio Alejandro en "Las Tres Tasas"


Fuimos a “Las Tres Tasas”, lugar donde se presenta Silvio Alejandro Rodríguez, buen amigo trovador.

Amistad a ojos cerrados.


Muy agradable tarde. En mi opinión el sonido careció de tacto en el manejo y está notoriamente sobrado, cuentan con dos bafles con dos bocinas de 25 cm cada uno mas twitter, y un par de sub buffer, todo para un afro de 20 personas, por supuesto nadie se sienta en las sillas del frente, el volumen es altísimo.

Gran presentación.


El concierto termina con una pertinaz llovizna, el lugar está al aire libre y no fue posible continuar.

Nos retiramos del lugar, tomamos un transporte a casa de regreso a Regla, donde nos espera la muy grata noticia que Ana está en casa, la han dado de alta. Tendrá que regresar al hospital para que le apliquen su medicación, pero será de manera ambulatoria.

Todos los males que aquejan a nuestra querida Ana vienen de su gusto por fumar.
Tremendo y terrible vicio.

Bueno, me faltó mencionar que el La Casa de las Américas pudimos saludar a Silvio, Niurka, Malva, Frank Delgado, Casaus, Leo brouer, en fin, a mucha gente.

Leo Brouwer dando un autógrafo.



Un autógrafo de Leo Brouwer.


En la noche tomé una serie de fotos al cielo cubano lleno de estrellas.


Orión cubano.


Adendo fotográfico.


Auténtica foto del momento exacto del cañonazo (foto Lupita)


Con Leo Brouwer el La Casa de las Américas.


Con Leo Brouwer, e Iván Soca, al fondo Silvio.


Con Silvio y Segundaciteras en La Casa de las Américas.


En el restaurant.


Foto de Pato.