jueves, 4 de enero de 2018

Argentina sos.

Lupita y Pato.


Otra vez pido disculpas, por motivos de salud no me había sido posible atender el diario de viaje.
Ya está todo bien, estamos de regreso, continúa la historia.



7 de noviembre
No hay plazo que no se cumpla y ahora tocaba el turno de cumplir un encuentro pospuesto y esperado, un encuentro elusivo que nos había esquivado en varias ocasiones, el tan temido encuentro con nuestra extraordinaria amiga Pato.
Amiga increíble, solidaria, inteligente y participativa, defensora de sus puntos de vista a capa y espada, siempre con argumentos y dispuesta al diálogo.
Yo temía un tanto este encuentro pues hace cosa de un par de años en el marco de día de los inocentes corrí una mala broma en este mismo blog, y fue justo nuestra amiga Pato quien descubrió el juego y me llenó de los más cariñosos epítetos portenses.
Es por eso que con algún temor llegué al encuentro con Pato.
¿Cómo me recibiría, con reclamos, con miradas acusatorias, con el puño en alto…?
Nos recibió con un abrazo y una enorme sonrisa.
Por fin se había roto la virtualidad dando paso a la virtuosidad.
Pato nos condujo por aquellas calle y avenidas hasta dar con Caminito, lugar por demás llamativo y colorido.


Caminito

Actualmente cuenta con tiendas y restaurantes, calles peatonales, fotos, playeras del Boca y miles de recuerdos.











Murales en Caminito.

Pasamos a comer a un restaurante llamado “Paraíso” (otra vez perdón por el comercial) que la verdad estaba muy bueno.



Nos atendió una mesera misma que nos pidió que la llamáramos “la polaca”, persona dedicada y de buenos tratos, amable y de excelente humor.


La Polaca, maravillosa.




Recomiendo el lugar ampliamente.
Tras un rato de caminar, con el día algo nublado y con presencia de llovizna seguimos nuestro paseo.







Vimos la famosa Isla Maciel, lugar donde la pobreza y la miseria han sentado sus reales desde hace mucho tiempo ya.
Salimos de Caminito, ahora Pato nos conduce a otra zona, el Parque Lezama.



Según la tradición es en este lugar donde se habría fundado originalmente Buenos Aires.
No hay mucha evidencia, salvo la tradición oral, ya que este asentamiento fue abandonado al poco tiempo de fundado y no quedó rastro alguno.
El lugar se presta pues se trata de un pequeño promontorio que facilita la defensa en caso de ataque, pero fuera de eso no hay más que decir, salvo que se trata de un parque muy hermoso y arbolado, con estatuas, estructuras, fuentes y andadores muy lindos.



Es el lugar ideal para pasar una tarde fresca y agradable, tranquila en compañía de un buen libro, los amigos y el absoluto verdor vivo y palpitante de este maravilloso lugar.










No hay palabras con qué agradecer a nuestra querida Pato las enormes atenciones, el asombroso paseo y, sobre todo, la amistad y el cariño que tan inmerecidamente nos tiene.


¡Gracias amiga Pato!

Para la noche fuimos con Gabita a otro paseo nocturno que culminó en algún restaurant, donde tomamos una cerveza Quilmes.
Gabita y Lupita.

Gabita es maravillosa, el lugar bueno y la cerveza, bueno, digamos que regular.


Buenos Aires de Noche.