domingo, 17 de marzo de 2013

CELINA GONZÁLEZ, la reina del punto cubano.


 El punto cubano, punto guajiro, o simplemente punto,  es un género cantable del ámbito campesino de marcada raíz hispánica. Fueron los canarios asentados en Cuba quienes crearon este estilo una vez que asimilaron elementos de la música andaluza. Una pizca de sustancias africanas le dieron su carácter criollo, teniendo vida propia desde el siglo XVII.
El punto es la vida del guateque, fiesta del campo cubano. Guitarra, tres, tiple, laúd, clave, güiro y guayo acompañan al punto, mientras los intérpretes sazonan la fiesta con controversias de improvisación. Están visiblemente divididos: cada uno, y su público, representan un bando, perfectamente distinguible por el color de su emblema que bien puede ser una pañoleta anudada al cuello.
Éste género tiene como reina a Celina  González Zamora. Nació en 1926, en el caserío La Luisa, en la provincia de Matanzas, Cuba.



A los cuatro años de edad, su familia se traslada a Santiago de Cuba. La niña se cría en un hogar donde reinaba la música campesina. Sus padres cantaban y sus hermanos tocaban el tres y el laúd.

Desde muy joven simpatizó con la religión afrocubana Regla de Osha o Santería. Según ella misma cuenta, en 1948 se le apareció Santa Bárbara, (sincretizada por la deidad africana y gran guerrero Changó),  quien le aseguró que tendría éxito si le dedicaba una alabanza. Luego de esto, Celina escribe "Que viva Changó":

Santa Bárbara bendita 

para ti surge mi lira 
Santa Bárbara bendita 
para ti surge mi lira 
Y con emoción se inspira 
ante tu imagen bonita 
Que viva changó Que viva changó 
Que viva changó Señores 

Con voluntad infinita 

arranco del corazón 
la melodiosa expresion 
pidiendo que desde el cielo 
nos envies tu consuelo 
y tu santa bendición 
Que viva changó Que viva changó 
Que viva changó Señores 

Virgen venerada y pura 

Santa Bárbara bendita 
Virgen venerada y pura 
Santa Bárbara bendita 
Nuestra oración favorita 
llevamos hasta tu altura 
Que viva changó Que viva changó 
Que viva changó Señores 

Con alegría y ternura 

quiero llevar mi trovada 
Allá en tu mansión sagrada 
donde lo bueno ilumina 
junto a tu copa divina 
y tu santisima espada 
Que viva changó Que viva changó 
Que viva changó Señores 

En nombre de mi nación 

Santa Bárbara te pido 
En nombre de mi nación 
Santa Bárbara te pido 
Que riegues con tu fluido 
tu sagrada bendición 
Que viva changó Que viva changó 
Que viva changó Señores 

Yo tambien de corazón 

te dare mi murmurío 
Con orgullo y poderío 
hare que tu nombre suba 
Yen el nombre de mi Cuba 
este saludo te envío 
Que viva changó Que viva changó 
Que viva changó Señores


Hacia 1943 conoce al que va a ser el amor de su vida, Reutilio Domínguez, con quien compone años después "Yo soy el punto cubano", que los haría famosos en Cuba y en el mundo entero. Celina y Reutilio fueron descubiertos en una emisora de radio de Santiago, y llevados a La Habana por Ñico Saquito, de quien recibieron también una gran influencia musical. Reutilio  reunía una virtuosa técnica en la guitarra, que le permitía tocar la prima y bordonear al mismo tiempo. En poco tiempo Celina y Reutilio se convirtieron en favoritos. La fórmula de combinar las décimas y cuartetas típicas del cantar guajiro con temas de las deidades de los panteones yorubas y congos del pasado africano tuvo gran respuesta del público, y el dúo comenzó a producir toda una serie de números  como "A la reina del mar", "El hijo de Elegua", "A la caridad del Cobre" y otros. Además grabaron una cantidad de música guajira y son montuno de otros autores, como "Lágrimas negras", "Me tenían amarrao con P" –compuesto por Ñico Saquito–, "El cuarto de Tula" y muchos más.




Luego vinieron las giras por diferentes países, y la filmación de películas junto a otras figuras de la época.

Tanto en sus años de dúo junto a su marido, como luego en su carrera solista (que comienza en 1964 siguiendo hasta 1980), Celina fue ovacionada en los mejores teatros y estadios del mundo. Cantó junto a Benny MoréBarbarito DiezNat King ColePedro Vargas entre otros.

En 1980  comienza una nueva etapa en la carrera de Celina. Su hijo Lázaro Reutilio terminaba sus clases formales de música y madre e hijo deciden lanzar una nueva versión de Celina y Reutilio ya no como dúo sino como conjunto moderno de música guajira y son montuno.




 Celina ha incursionado en las canciones de la Nueva Trova, particularmente en la obra de Silvio Rodríguez.

viernes, 1 de marzo de 2013

JACOBO FIJMAN - POETA

La mucha luz alaba su inocencia

( * Orhei, Besarabia, actual Moldova, 25 de enero de 1898 – Buenos Aires, 1970) 

Fue un poeta judeoargentino. Formó parte de la vanguardia literaria del grupo Martín Fierro, donde se vinculó con Jorge Luis Borges y Oliverio Girondo. Desarrolló varios oficios irregulares, y a partir de 1921 comenzó a padecer crisis mentales; crecientemente adepto al misticismo, se convirtió al catolicismo en 1930, y colaboró en varias revistas religiosas antes de ser internado definitivamente afectado de psicosis delirante en 1942. Moriría aún internado en 1970.



Nació en Europa, llegó a la Argentina en 1902, donde sus padres habían inmigrado en busca de trabajo; era el mayor de tres hermanos, y tres más nacerían ya en tierra argentina. Tras una breve estancia en Buenos Aires, se trasladaron al sur, donde su padre trabajaba colocando vías férreas en la línea de Río Negro. En 1907 se mudaron a Lobos, donde haría sus estudios primarios; desde niño mostró gran habilidad para el dibujo. 

Fijman, una personalidad tumultuosa y difícil, abandonó a su familia en 1917 para volver a Buenos Aires, donde estudiaría el profesorado en francés. Se formó también en filosofía antigua, griego y latín. Adepto al violín desde muy joven, acudió con asiduidad a los espectáculos de música clásica.


Ya graduado, trabajó brevemente como profesor en un liceo de señoritas, hasta sufrir la primera de sus crisis mentales. Abandonando trabajo y hogar, vagabundeó por la Argentina ganándose la vida como músico callejero; de esta época datan sus primeros poemas. Llegado al Chaco, trabajaría como peón rural un tiempo antes de regresar a Buenos Aires.
Su aspecto y costumbres resultaban chocantes para la época, y a inicios de 1921 fue detenido por la policía, salvajemente interrogado y recluido en la cárcel de Villa Devoto. La crisis mental que le produjo el maltrato llevó a su primera internación en el entonces Hospicio de las Mercedes, afectado de delirios. Fue dado de alta seis meses más tarde, después de haber sido sometido a tratamientos que incluían el electroshock.

Intentó restablecerse, trabajando como periodista primero en el Uruguay y luego para Mundo Argentino y la revista de la comunidad judía, Vida Nuestra; en esta última aparecen sus primeros poemas publicados, gracias a su amigo de infancia Carlos Grünberg. Tras un nuevo viaje hacia el Litoral, regresa a Buenos Aires, y desempeñaba esta profesión cuando Leopoldo Marechal, promotor de la revista Martín Fierro, lo invitó a unirse al grupo; allí conoció a numerosas personalidades de la vanguardia local, como Pompeyo Audivert, Alfredo Bigatti, Girondo, Leopoldo Marechal, José Planas Casas y Antonio Vallejo.

En 1926, vio la luz su primer libro "Molino Rojo", sobre el cual Frijman dijo:
"En Molino Rojo hay una gran influencia de la sonata de Corelli 'La locura'. Esta sonata tiene dos formas de ejecución. 'El Loco' y 'La Loca'(...)Molino rojo tenía un título que atrapaba a los anarquistas y socialistas. Reaccionan instantáneos ante el color rojo. Se notaba en la ciudad un estado de demencia general. Y en Molino Rojo desde luego, hay una intención que empieza por la demencia..."
Su estado se había agudizado entretanto, abrazando una suerte de misticismo fascinado con la religiosidad medieval.  Entre 1927 y 1928 viajó por primera vez a Europa desde su llegada infantil a las costas argentinas; acompañado de Vallejo llegó a París, donde el surrealismo estaba en plena efervescencia, y conoció allí a los grandes poetas del movimiento, entre ellos André Breton, Paul Éluard y Antonin Artaud. Pese a las afinidades literarias, la inclinación mística lo distanció de los poetas. 

Desanimado, regresa a la Argentina presa de una gran crisis de fe. Sigue en contacto con la bohemia local, y entabla amistad con el pintor Benito Quinquela Martín, con quien coincide en el Café Tortoni. 
El 7 de abril de 1930 es bautizado en la fe católica. A fines de ese año vuelve a la enseñanza del francés y ahorra algún dinero; gracias a ello, volvería a Europa en un segundo viaje, planeado éste con la ambición de tomar votos sacerdotales y dedicarse a la penitencia entre los benedictinos de Bélgica. Lo atormentaba sin embargo su amor por Teresa, sobrina de Oliverio Girondo, que aparece reiteradamente en sus obras de esta época.

Mucha de su producción de estos años aparece en Número, antes de dar a luz su tercer volumen de versos, Estrella de la mañana (et dabo illi stellam matutinam), aparecido durante la dictadura de José Félix Uriburu. Número desapareció en el curso de 1931, y Fijman se vio nuevamente reducido a la indigencia. Volvió a tocar el violín en las calles y en bares como medio de subsistencia, mientras eludía a sus conocidos.


SEGUNDA INTERNACION


Tras exámenes que lo declaran afectado de alienación mental volvió a ser confinado en Villa Devoto, y el 2 de noviembre en el Instituto Neuropsiquiátrico José T. Borda, de donde no sería ya dado de alta. El brutal tratamiento psiquiátrico incluiría nuevos electroshocks y una constante dosis de sedantes.

La década siguiente sería trágica; internado en el hospital, y luego trasladado durante unos años a la Colonia de Alienados Open Door, Fijman careció de contacto con la realidad. En 1948 aparecería retratado en el celebérrimo Adán Buenosayres de Marechal, apenas disimulado con el nombre de Samuel Tesler, "el filósofo villacrespense" y reaparecerá también en Megafón o la guerra de 1970; pero ninguno de sus antiguos amigos haría contacto con él hasta 1952, cuando Osvaldo Dondo, antiguo colaborador de Criterio logra que lo devuelvan al Borda y ve con entusiasmo algunos signos de recuperación. Al año siguiente el diario Clarín publicó la primera nota sobre Fijman en casi dos décadas.

Con claras señales de mejoría, Fijman pintó y escribió con ahínco durante estos años; declararía más tarde que "entre mi pintura y mi poesía hay una misma mano. Las mismas concepciones". Logró permiso para salir del hospital, y se encontró con antiguos amigos y colaboradores, como Dondo, Lisandro Galtier, y Juan Jacobo Bajarlía. Aparecieron nuevas notas sobre Fijman a partir de 1958, y en ese mismo año logró obtener una pensión de la Sociedad Argentina de Escritores. Para mejorar sus ingresos, traducía obras del francés para los psiquiatras del hospicio.

Atrajo la atención del escritor y abogado Vicente Zito Lema. Tras entablar amistad con el poeta, Lema bregó por obtener su tutela, obteniéndola finalmente en 1969. En mayo de ese año apareció el primer número de la revista Talismán, editada por Lema y dedicada por entero a Fijman, con el subtítulo "poeta en hospicio".

Lema publicó en julio de ese año El pensamiento de Jacobo Fijman, o el viaje hacia la otra realidad. Gravemente enfermo, Fijman dejó de ser capaz de pasar los fines de semana en la casa de su tutor. El 1 de diciembre de 1970 falleció, víctima de un edema pulmonar.
En 1985 una semblanza póstuma lo recordaría como Jacobo Fiksler en la novela El que tiene sed, de Abelardo Castillo.

“…lo que más nos ha impresionado en Fijman es su humor corrosivo, en el sentido estricto de humor surrealista. Su autenticidad de poeta, que trasciende hasta en los menores gestos. ¡Qué le ha determinado estas formas de vida, estos castigos sobre su persona! Y su bondad, más allá de los policías que lo castigaron; más allá de los jueces que lo privaron de su libertad; más allá de los psiquiatras que le descargaron su odio y su propia enfermedad; más allá de los que supieron de su situación y nada hicieron. La enorme bondad de Jacobo Fijman equilibrando tantas de nuestras maldades, perdonándonos”. (Vicente Zito Lema)

Poema XXXI

En mi gemido
conté mi soledad envejecida; conté todas las noches de mis días.
Mis huesos cantan el misterio del mundo.
El agua perturbada de mi reposo.
Me veo en mi gemido según pavores de inocencia.
Paz, paz:
oído de mis palabras.
El ruego alcanza oído a mis palabras
carne sanada;
y hay espanto de luz en nuestras manos.