viernes, 26 de mayo de 2017

Diario de un viaje implanificado a Cuba.




Nuestro cocotero.

27 de abril
Salimos temprano a la playa, aunque está algo nublado el día promete, además le preguntamos a Taidé y nos aseguró que el sol triunfaría por sobre aquel tiempo nublado y estaría perfecto para la playa.
Alquilamos unos camastros y bajo un cocotero nos dispusimos a disfrutar de la playa.
Se nos acercó un joven astuto y servicial a ofrecer alimentos a muy buen precio, quedamos que más tarde pues aun no daba el medio día y no teníamos apetito.
Las nubes se cargaron de mucha energía, a lo lejos se escuchaba el inconfundible retumbar de poderosos truenos.
Salí del cocotero y me asomé a la playa, el horizonte se había perdido tras una formidable tormenta que nos caería encima en cualquier momento.
Protegimos todo lo que había que preservar de la humedad y nos guarecimos en una palapa, la tormenta nos alcanzó y llovió y llovió y llovió sin parar.
Y no era una lluvia así no más, era una tempestad, yo ya no sabía si había más agua en el aire o en el mar.


Cuando la tormenta nos alcance.

Un rio se formó justo a nuestros pies, inundó de inmediato la palapa y nos obligó a abandonar el lugar, la magia estaba rota, la tormenta no paraba y ya era algo tarde.
Regresamos al departamento, llegamos hechos una sopa.
Haciendo memoria, no recordamos una empapada tan fenomenal como esta, muy afortunados nosotros pues teníamos puesto el traje de baño, así que disfrutamos tanto como pudimos de la tempestad.









Villa Taina


28 de abril
Salimos temprano con la idea de tomar el transporte local para ir a Chorro de Maita, donde se encuentra un museo local y una excavación arqueológica.
El camión que pasa a las 9:30 no pasó, a las casi 10 pasó un camión pero iba a otro destino, casi una hora después pasó un trenecito y nos dijeron que ese era el bueno, pero que antes tendrían que pasar a un hotel por unos clientes, que regresarían en 5 o 10 minutos.
20 minutos después fue evidente que el dichoso trenecito no regresaría.
Se nos acercó un taxista, nos hizo la plática y en muy poco tiempo nos dijo que nos llevaría a Chorro de Maita, nos esperaría y nos traería de regreso por el mismo precio que nos cobraban en el trenecito.
Aceptamos de inmediato.


Aldea Taina.

Salimos con rumbo al museo de la Aldea Taina, a unos diez kilómetros de Guardalavaca.
En el sitio tienen una reproducción a tamaño natural de una villa taina justo antes de la llegada de los europeos, cabe resaltar el cuidado con que se han puesto las piezas y los personajes de la villa, pero una vez más, estaban reparación y retoque las piezas expuestas  y tenerlas listas para la feria de turismo, incluso una de las cabañas estaba en reconstrucción total, el río de la villa no tenía agua y muchos personajes estaban cubiertos con plástico para preservarlos de la lluvia que también este día se hacía presente.


Vivienda taina.

Por cierto, al llegar al sitio tenían en el restaurante del lugar la televisión prendida, y en pantalla Silvio nos dio la bienvenida.


Sorpresas te da la vida.

Fuimos al sitio de la excavación, se trata del lugar donde se enterraron los difuntos desde tiempos inmemoriales, mucho antes de la llegada de los europeos y se siguió usando para tal fin mucho después.



Hay enterramientos superpuestos, algunos muy antiguos con presencia de artefactos precolombinos y los más recientes son también muy significativos, pues se encontraron esqueletos de procedencia europea, africana y hasta uno de una mujer mesoamericana.



En el sitio nos dieron una muy extensa y amable explicación. También tuve la oportunidad de platicar con uno de los conservadores del sitio, muy amena e instructiva charla.
Salimos a la lluvia que nos acompañó al sitio de la Aldea Taina, los trabajadores y la guía se despidieron de nosotros de manera muy amable.


Los Cayuelos.

El taxista nos traía de regreso, las nubes se disiparon un poco y el horizonte nos brindó la vista de un espectacular mar lleno de verdes esmeraldas y azules turquesas. Al percatarse el buen hombre se desvió del camino tradicional y nos paseó por “los cayuelos”, playas hermosas y solitarias que tendremos que visitar algún día.
Son playas solitarias donde hay que llevar todo lo que se va a consumir, pues no tiene infraestructura alguna, conviene también llevar alguna sombra.
El taxista nos explicó que el nombre de “Guardalavaca” venía por el hecho de que no era este un sitio preferido por piratas y bucaneros, al estar protegido por la barrera de corales, este sitio se convertía en un refugio natural anti piratas, por eso los pobladores locales de aquella época guardaban su ganado en este lugar para evitar ser sorprendidos por los antiguos recopiladores del capital ajeno.
Regresamos al departamento, aún era muy temprano así que nos dirigimos a toda prisa a la playa.
Justo en el momento en que penetrábamos las calmas aguas de aquella hermosa playa, las nubes se disiparon por completo.


Colores del mar

La sensación era que aquellos asombrosos colores corrían a velocidad vertiginosa hacia nosotros, para dejarnos sumergidos en aquella cromática imposible de azul.
Mucho más tarde, llegaron algunos turistas norteamericanos, la actitud prepotente y sus pláticas insulsas y en voz alta los denunciaba, pronto se les unió un grupo con bocina y música bastante malita, pero ni así pudieron acallar la magia del lugar, muy pronto se callaron y apagaron su ruido, derrotados por la sinfonía de la naturaleza.
Aquel joven que el día anterior nos ofreció la comida “servicio a domicilio” apareció de  nuevo, le pedimos el servicio y poco después nos lo llevó, debo decir que fue muy rico y bien preparado, con un precio excelente.
Todo regado por las infaltables Bucanero, cervezas por demás ricas y frías.
Aparecieron también dos individuos que amablemente nos pidieron que nos moviéramos del cocotero por un momento, uno de ellos, el más joven, trepó con agilidad y bajó unos cocos, antes de retirarse nos regalaron uno, estaba rico.
Ya al atardecer regresamos al departamento, mañana a las once pasará por nosotros Don António para conducirnos a Holguín.




Lupita en la playa.



4 comentarios:

Mariluz Morgan dijo...

Maravilloso relato... sigo viajando con ustedes.

¡Por fin pudieron disfrutar de esa playa maravillosa sin lluvia!!!!!

Armando González dijo...

Gracias mi linda, y sí, al fin nos encontramos con aquellos mares y playas, ya hacía falta.

la Tucu dijo...

Armando: hoy estoy pudiendo continuar el relato, y me estoy preguntando una y otra vez al ver las imágenes, porque nadie (ni la guajira) me dijeron de estas maravillas. Yo se que es una disputa eterna lo de Varadero -Guardalavaca, pero viendo estas imágenes ya estoy casi definida que es Guardalavaca una maravilla como pocas y QUIERO CONOCER!!, hiciste buceo? porque hablas de una barrera de corales, hay buen buceo acá? como experto tu mirada vale oro, yo no hago buceo con tubo pero en buenos puntos disfruto del snorkel, y ya me entró la curiosidad

Armando González dijo...

Mi linda Fata Tucu, Guardalavaca es una de las playas que engalanan este lugar, por falta de tiempo no fuimos a otras que los mismos lugareños afirman que son mucho más hermosas y cercanas.
No fui a bucear, hay lugares que prestan el servicio pero llegamos con mal tiempo, la lluvia y el viento levantan mucho sedimento y agitan el mar, haciendo del buceo una experiencia difícil.
Además -y mas importante - quería estar con mi Lupita y ella no bucea.
La barrera de coral es visible desde la playa, máxime con mar picado, se ve una línea blanca donde las olas rompen con el arrecife.
También se puede ir a snorkelear, el lugar es asombroso.
Yo creo firmemente que Guardalavaca es DIFERENTE a Varadero.
Te mando un abrazo Tucu querida.