jueves, 18 de mayo de 2017

Diario de un viaje implanificado a Cuba





Casa de madera en San Antonio de los Baños

20 de abril.
A las 8:30 Jóse estaba ya listo y preparado para llevarnos raudos a la estación del tren que nos llevaría a San Antonio de los Baños, lugar de origen de nuestro músico-poeta Silvio Rodriguez.
Salimos a eso de las 8:50 y llegamos a la estación al filo de las 9:20, ahí nos informaron que el tren saldría a las 10:05.
Perfecto.
Pero llegó la hora de partida y del tren ni sus luces, ya preguntando nos dijeron que estaba en los talleres pues le habían detectado alguna falla y estaría en reparación.
La gente que esperaba poco a poco se fue molestando hasta llegar al grado de protestar airadamente por la falta de aquel transporte.
La buena señora de la taquilla se liaba a gritos con las personas que le reclamaban.
Marco y Leti, que habían ido a un mercado cercano, regresaron cuando las aguas estaban algo calmadas.
Marco había comprado tres puros por un precio bastante económico y al llegar a la taquilla le pidió a la señora que le ayudara a prender el cigarro.
Total, hasta amigos terminaron, ahí estaba nuestro amigo diciendo a viva voz:
-¡Mi negra- la señora es de piel color serio- tómate una ‘fotico’ conmigo!-
Y aquella buena mujer feliz de la vida.
Definitivamente no habría viaje en tren.
Plan “b”
Llamar a Jóse y pedirle que nos llevara al taller de Fuster, a la fábrica de Arte, a la casa de las Américas… bueno, la cosa quedó en que iríamos montados en el unicornio hasta San Antonio de los Baños.
Y así fue.
Iglesia de San Antonio de los Baños


Llegamos al lugar y nos apersonamos en la casa de la cultura, ahí nos recibió Gipcia González, directora de dicha casa.
Le dijimos  que buscábamos la casa donde nació Silvio, ella nos explicó que había por lo menos dos versiones del lugar, y comentó también que si alguien podía saber este dato era Gildardo Alayón “el de las arañas”, y sin más nos acompañó hasta la casa del biólogo amigo de Silvio desde la infancia.

"Aquella casa es donde nació Silvio"



Este hombre de ciencia nos recibió muy bien, salió a saludar y con gusto platicó con nosotros, nos señaló las distintas casas donde Silvio y él jugaban y frecuentaban, la casa de los abuelos y las tías.
En una de esas, señala una casa humilde y nos suelta “en esa casa vivía Narciso ‘el mocho’ el que construía los papalotes, y más adelante está “El Sol de Cuba”



Casa de Narcizo "el Mocho"

Los recuerdos se aglomeran y me golpean, “Papalote” es la primera canción que escuché de Silvio en las manos virtuosas y la querida voz Jorge,  tío ausente al que tanto extraño.


El Sol de Cuba

Nuestra guía nos lleva a la casa donde nació Silvio, más bien el lugar, ya que actualmente se construyó una casa con materiales modernos y el predio ya no pertenece a la familia Rodriguez.
La casa original era de materiales poco resistentes y el tiempo había marcado de manera irremediable aquella construcción, no hubo más remedio que hacer una nueva.


Gipsia y la actual dueña de la casa

La actual dueña es una señora de lo más linda, fue amiga de las tías de Silvio y guarda buenos recuerdos de aquellas sus gentes queridas, recuerdos que atesora y comparte.

El cielo de San Antonio


Le tomé una foto a las nubes, pensado que fue bajo este mismo cielo que Silvio vio su primera luz.
Fuimos al rio Ariguanabo, yo esperaba encontrar un asunto muy desagradable, pero no lo fue. Tienen evidentes problemas de contaminación, mismos  que hay que tratar, pero están a tiempo de rescatar un lugar hermoso.


Río Ariguanabo

Invitamos a Gipsia a comer, nos llevó a un lugar estupendo, de ahí nos movimos al museo del humor.
En la ida nos encontramos a un señor que saludó a Gipsia, resultó ser un antiguo maestro de música ya retirado, tenor. Marco le preguntó si se sabía alguna canción mexicana y este hombre nos cantó a viva voz “México lindo y querido”
Este lugar está lleno de magia.
El Museo del Humor es sorprendente y hermoso, y justo tiene la exposición de la bienal que se presentó este año.
Fuimos recibidos por una mujer que fue parte del jurado y también es museógrafa del lugar, un poco más adelante nos alcanzó Izel, la directora del museo quien nos acompañó en todo el recorrido.
Ah, en este museo nos encontramos con Boligán, caricaturista cubano que radica en México, fue muy amable y por un rato nos acompañó.


Museo del Humor.

Ya al final nos explicaron un mural que tienen en el museo y que recorre los principales personajes caricaturescos de Cuba.
Este museo es único, hay que visitarlo al menos una vez en la vida, y las personas que le dan vida son personas extraordinarias.
Al salir del museo, justo en el centro de San Antonio, un individuo pasa en una motoneta, Lupita lo llama:
-¡Roland!-
Se trata de Roland Méndez, del grupo Yawar.
Para la motoneta y saluda a todos, muy amable también.
Un asunto curioso fue que desde que llegamos a la casa de la cultura, Gipsia nos mencionó que justo al otro día, vendría Silvio para ver lo de los amigos del rio.
Esto también nos fue mencionado por Izel, Gildardo y Boligán, añadiendo cada uno que se trataba de una reunión en petit comité.
De todas maneras era un dato que ya sabíamos de antemano.
Fuimos muy bien tratados en San Antonio de los Baños, y estamos muy agradecidos con todas las buenas personas que nos recibieron tan bien.
Con Gipsia, en la casa.



Regresamos en medio de una nueva tormenta, afortunadamente a nadie se le olvidó su teléfono.
Ya por la noche Leti y Marco –jóvenes que son- nos proponen ir  al Tropicana, yo no estoy muy seguro, ya veremos.
(Al final nosotros no fuimos al Copacabana, nos quedamos a descansar).

Lupita en el río Ariguanabo.





6 comentarios:

Patricia Moda dijo...

Turismo silviofilo!!!!!!

Armando González dijo...

Fata Paro, coincido.

Jesùs magro dijo...

Maravilloso todo, pero más lo de Narciso "El Mocho" y "el Sol de Cuba". Muchas gracias Armando y Lupita.

Jesùs magro dijo...

👏🏻

Mariluz Morgan dijo...

Oooohhh!

Armando González dijo...

Jesús, un abrazo hermano.