lunes, 19 de agosto de 2013

NUEVA CANCIÓN LATINOAMERICANA

"Ahí, donde llega todo 
y donde todo comienza, 
canto que ha sido valiente 
siempre será canción nueva."

 Víctor Jara.




Cuando comencé a investigar el género NUEVA CANCIÓN LATINOAMERICANA, caí en la cuenta de lo difícil que sería abarcar todo el material que existe de esta corriente, también llamada CANCIÓN DE PROTESTA o CANCIÓN SOCIAL LATINOAMERICANA.

La Canción Social tiene su auge en los años '60 y '70, aunque se extiende hasta nuestros días,  y acompañó los acontecimientos sociales y políticos que se sucedieron con marcada fuerza luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959. En este género de creación poética y musical, los autores han buscado crear conciencia en la necesidad de un cambio sociocultural, poniendo el acento en la represión militar, la desigualdad social, y la filosofía de la liberación latinoamericana, con la necesidad de expresarse movilizando conciencias.

A riesgo de omitir artistas, haremos una reseña de los exponentes más importantes:

En Venezuela, Alí Primera fue quien lideró la corriente musical. Se opuso a la mercantilización de la música, e investigó las tradiciones de su tierra. Por ser miembro y militante del Partido Comunista, sufrió la censura de su obra en varios países. Alí junto a Soledad Bravo fueron los máximos exponentes venezolanos de la Canción de Protesta.

En Chile, la Nueva Canción Chilena fue prolífica en autores y obras que aún resuenan, con intérpretes mayúsculos como Inti-Illimani, Quilapayún y los queridísimos Violeta Parra y Víctor Jara. Ellos acompañaron el proceso que llevó a Salvador Allende al gobierno. Caso emblemático fue el de Víctor Jara, asesinado durante el golpe militar que derrocara a Allende en 1973. Luego de ese golpe, los artistas de la Nueva Canción se vieron forzados al exilio, desde donde muchos regresaron en la década del '90 para seguir con nuevas fuerzas, y ver multiplicados los grupos que retomaron el camino trazado.

En Argentina, la Nueva Canción tiene  cantautores  reconocidos como Horacio Guaraní, Facundo Cabral, Víctor Heredia,  Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune. Desde Tucumán, -en la zona norte de Argentina donde predomina la población mestiza y de ascendencia indígena-, la cantante Mercedes Sosa "La negra", ha sido embajadora de la Nueva Canción latinoamericana, y ha llevado los temas  populares a todo el continente americano y a Europa (donde se vio obligada a exiliarse también, durante el Proceso Militar instalado en Argentina desde 1976). Su bella voz es reconocida en casi todo el mundo.
El rock argentino también tuvo exponentes que cultivaron la canción de protesta. En este país la canción contestataria se expresó en diferentes géneros musicales que conformaron la resistencia a la represión. Con este fin, muchos artistas fusionaron sus estilos.

En Cuba, la Nueva Trova surge a mediados de los '60 como expresión de apoyo a los cambios que la Revolución proponía. Su creación estética se considera  continuación de la trova, o canción popular cubana. Silvio Rodríguez define al trovador como un poeta con guitarra. En efecto,  la mayoría de las obras de la Nueva Trova pueden cantarse simplemente con una guitarra, aunque la experimentación musical también incorporó grandes orquestas e instrumentación contemporánea. 
Entre los intérpretes más reconocidos de este movimiento figuran: Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú, Sara González.

El "Nuevo Canto" en Uruguay fue  un movimiento ecléctico, donde convivieron diversas estéticas. Se nutrió del folklore uruguayo, argentino y latinoamericano, de la murga uruguaya, del candombe, del rock, de la milonga montevideana y de la música docta. Fue esencialmente acústico y le otorgó importancia  a la poesía. Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa, Los Olimareños, son algunos de los muchos integrantes de este nuevo canto.

Puerto RicoEn la década de los 70 la Canción Protesta tuvo un papel muy importante en Puerto Rico. La mayoría de los cantautores se dedicaban a criticar y a promulgar el disgusto que había en la isla con el gobierno de los EEUU. Esta música fue ligada en esta época a los grupos y partidos que favorecían la independencia de Puerto Rico. La Canción Protesta en este país había sido influenciada por cantautores, cubanos, españoles y estadounidenses, entre otros. Uno de los precursores de la Canción Protesta en Puerto Rico es Noel Hernández, un músico autodidacta que con su voz y guitarra en mano, logró expresar su disgusto y dolor por la situación colonial que se vivía en la isla. 

México:  Algunos historiadores, así como algunos de sus participantes entusiastas, coinciden en señalar que en México la Nueva Canción  nace a la par del rock and roll en español, casi finalizado el segundo lustro de los años 50. Pero no surge como antípoda o réplica musical, sino como un sendero estético musical que se bifurca históricamente. El Canto Nuevo abreva en la música folklórica de toda Latinoamérica y echa mano de todos los ritmos, estilos e instrumentos, para amalgamarlos bajo una sola consigna musical. Por otro lado, hay una vertiente del Canto Nuevo que se entroniza en la crítica al stablishment, y es evidente el influjo de los poetas de la generación beat y del contenido de las  canciones del estadounidense Bob Dylan.
Algunos representantes mexicanos son Oscar Chávez, Amparo Ochoa, Tehua, Los folkloristas, Sanampay (argentinos y mexicanos), del que salieron las mexicanas Guadalupe Pineda y Eugenia León, así como los argentinos Carlos Díaz "Caíto" y Delfor Sombra, y Guillermo Briseño (jazzista).

Brasil: Durante el periodo de dictadura en Brasil había una feroz censura de los medios y las canciones eran la única forma de enviar mensajes políticos. A pesar del estrecho control de los censores, las canciones de protesta florecieron dándole voz al movimiento de resistencia. Como ejemplo “Para não dizer que não falei das flores” (Para que no digan que no hablé de flores) (1968), de Geraldo Vandré: “Ven, vamos ahora / que esperar no es saber / quien sabe actúa ahora / no espera el acontecer”, fue interpretada como un llamado a la lucha.
 "O bebadi e a equilibirista"(El Borracho y el Equilibrista) de João Bosco y Aldir Blanc (cantada por Elis Regina) es otro ejemplo en que  la letra no tenía  significado explícito: “Mi Brasil, que sueña con la vuelta / del hermano de Henfil / y de tantos que partieron / en la cola de un cohete.”  se transformó en un himno de la amnistía de prisioneros políticos y activistas en el exilio que se produjo más tarde.
El gran maestro en este arte de eludir censuras fue Chico Buarque de Holanda. Sus agudas letras fueron a menudo aprobadas por los censores que solamente más tarde se darían cuenta de qué hablaba realmente la canción. Este fue el caso de Apesar de você (1971) (A pesar de ti) que solamente fue censurada después de haberse transformado en un himno de las calles. Aunque parecía ser un samba sobre problemas de enamorados, en realidad era una fuerte crítica contra el régimen autoritario y un acto de desafío directo contra los dictadores
Con la llegada de la democracia y la nueva libertad de expresión a fines de los años 80, la canción protesta desempeñó un papel menos importante por un tiempo en Brasil, pero en los 90 volvió a cobrar fuerza como un poderoso canal para dar voz al descontento social.


LA NUEVA CANCIÓN LATINOAMERICANA ha logrado no ser sólo una canción panfletaria. 
Victor Jara dijo "Nuestra canción no es una canción de protesta. Es una canción de amor.". 
.Una canción, por lo tanto, con un amplio y trascendental sentido.