Isaac Albéniz definió el romanticismo español en materia musical,. Se recuerda siempre una famosa cita que le atribuye su sobrino Víctor: "Hay que hacer música española con acento universal, para que pueda ser entendida por todo el mundo". Es posible una aproximación su obra Iberia bajo este paraguas. Por otro lado, influyó decisivamente en otros compositores nacionalistas posteriores, como Turina y Falla. El Nacionalismo, en general, pretendía definir la identidad nacional frente a la hegemonía alemana desde el neoclasicismo y el romanticismo. Nacionalistas son Dvorak, Los 5, Grieg en Escandinavia.
Era un pianista prodigioso, de depurada técnica y sólida formación clásica. Desde los 4 años, pasó su vida de gira en gira de conciertos, en España, Europa y América, obteniendo un éxito notable por la brillantez de sus interpretaciones del repertorio tradcional. También por la originalidad y frescura de sus propias composiciones. Albéniz entendió pronto que podía vivir muy bien a costa del piano y de su talento, y se dedicó a ello. Lo debía ayudar mucho su personalidad tan simpática, su don de gentes, que le abría muchas puertas, y muchos contratos.
Vivió mucho más tiempo fuera de España que en España. De hecho, se sentía desarraigado de su patria. Desde París, se pasó la vida reivindicando un discurso de lo español que era una abstracción desde la distancia, a través de su música, de su forma de interpretar, de su personalidad, de sus actitudes vitales. De niño, fue alumno de Pedrell, el máximo representante del primer nacionalismo musical español. También tuvo contacto con la música folclórica española en sus giras. Todos estos recuerdos conformaban su personalidad musical, así como su espíritu cosmopolita, su amplia cultura y variedad de intereses, a pesar de no haber recibido nunca instrucción formal, más allá del ámbito musical. Destaca también su capacidad de absorción y asimilación de todas las experiencias personales y musicales que vivió, y cómo fue capaz de filtrarlas y transfomarlas para que su obra cumbre, Iberia, fuera la manifestación de un gran genio creador que ha sabido evolucionar sobre si mismo hasta encontrar su propia forma de expresión.
Dedicó casi toda su vida a la composición de moda, a lo que se vendía bien. Formas breves, con búsquedas armónicas y rítmicas, de inspiración folcklorica "comercial", como la Suite Española, y las Canciones de Concierto, en la línea de los Lied alemanes. Su obra tiene estas dos vertientes, el piano y el género lírico. Aunque ahora mismo su producción lírica se encuentra en revisión, y aunque él siempre manifestó su descontento y frustración por el escaso éxito de su producción para la escena, toda esta obra anterior queda eclipsada por la fundamental trascendencia de Iberia, que es lo que vamos a escuchar
Iberia (1905 - 1908)
Se suele decir que Albéniz recogió con el piano el sonido de la guitarra. También que se necesitan "dos teclados" o "tres manos" para tocar Iberia, aludiendo a la complejidad de su ejecución. Nada es por casualidad. Iberia está entre la estética moderna y la tradición del flamenco. El sonido de lo español tal y como Albéniz lo añoraba, porque sintió y escribió Iberia desde el exilio, desde la añoranza de su tierra. Puso a dialogar la tradición folclórica del flamenco con todo su bagaje musical y vital, de músico culto y cosmopolita. El resultado es Iberia. Escuchamos Corpus Cristi en Sevilla (Fête-Dieu à Séville), del primer cuaderno, interpretada por Rafael Orozco (1946 - 1996). Su grabación de la Iberia es la mejor, según los expertos:
Dice de Iberia el Profesor Guillermo González: "Es sorprendente que, sin utilizar directamente fuentes melódicas populares, la Iberia refleje con tanto acierto la atmósfera de Andalucía. Los manuscritos nos hacen pensar en Albéniz como un pintor puntillista o como un director de cine que recoge en su encuadre no sólo el ambiente musical de las guitarras, —el cante, las castañuelas, el taconeo, las palmas—, sino también elementos consustanciales a estas manifestaciones artísticas como son el abrir y cerrar de un abanico y su lenguaje de signos amorosos, los mantones de Manila de las «bailaoras», o las campanas de las iglesias".
Escuchamos Albaicín, del tercer cuaderno, por Alicia de la Rocha (1923 - 2009), que también es una de las mejores intérpretes de Albéniz. Ya me dirán si escuchan el cante jondo
Albéniz tiene otra faceta menos explorada, como compositor de música escénica y vocal: óperas y canciones de concierto. sus óperas no fueron grandes éxitos, aunque sus canciones si tenían aceptación. El autor de casi todos los libretos de sus óperas y de los poemas que musicó fue el banquero y poeta aficionado inglés Fancis B. Money - Coutts, su mecenas (¡¡¡los mecenas existen!!!). Él siempre se sintió medio frustrado por la poca repercusión de su obra operística.
No he encontrado grabaciones de sus canciones, pero si de su ópera Merlín, que estaba destinada a ser parte de una trilogía sobre los romances del ciclo artúrico. Turo un azaroso y precario semiestreno, pero recientemente se está recuperando.
Sirvan estos fragmentos de homenaje a nuestro "Aprendiz" también. ¿Saben que Albéniz estudió orquestación con Paul Dukas, impresionista, autor del Aprendiz de Brujo?. Las casualidades no existen.
Y en el Puente Cubano al mundo, tampoco podía faltar la Rapsodia Cubana. En este caso, parece haber dudas acerca del pianista:
Pequeña biografía que me parece divertida e ilustrativa
Hijo de un funcionario de aduanas, nació en un pueblo de Gerona, próximo a la frontera francesa. Al poco, su familia se trasladó a Barcelona, donde recibió las primeras lecciones de piano y debutó en público a los 4 años.
Fue un pianista niño prodigio, alentado por su madre que, al parecer, lo disfrazaba de D'Artagnan para los conciertos. De Barcelona pasaron a Madrid en 1868. El pequeño Isaac continuo estudiando en la Escuela Nacional de Música y Declamación (Real Conservatorio). Madrid sirvió de base para sus giras de conciertos por toda España, y de allí pasó a Cuba y Puerto Rico en 1875. Existen dos versiones sobre esta primera gira americana. Una dice que a Isaac no le gustaba nada vestirse de D'Artagnan y se embarcó de polizón, huyendo de su madre. La otra, que me parece más creíble, se refiere al traslado allí de su padre por motivos laborales.
Regresó a Madrid, pero en 1876 partió para Leipzig, donde pasó dos meses estudiando en el Conservatorio. Entonces, recibió una beca del rey Alfonso XII que le permitió continuar estudios en el Real Conservatorio de Bruselas, donde tuvo como maestro a Louis Bassin, en cuya clase obtuvo el primer premio cum laude.
De Bruselas, volvió a viajar a Cuba y Puerto Rico, y después regresó a España. Queda el testimonio de que en estos años compuso tres zarzuelas que se han perdido.
De 1883 a 1886, se instaló en Barcelona, y estudió con Felipe Pedrell, que es el máximo representante del primer nacionalismo español de la segunda mitad del siglo XIX. Pedrell quería seguir la moda de Wagner, creando una ópera nacional que superara la Zarzuela que se había vulgarizado. El Nacionalismo, en general, pretendía definir la identidad nacional frente a la hegemonía alemana desde el neoclasicismo y el romanticismo. Nacionalistas son Dvorák en Checoslovaquia, Glimka y Los Cinco en Rusia, Grieg y Sibelius en Escandinavia, por ejemplo. También se casó en estos años, con una de sus alumnas de piano. Regresó luego a Madrid, donde continuó dando conciertos, enseñando y componiendo. De esta época es la Suite Española y los Recuerdos de viaje, de estilo nacionalista. También, una colección de Cinco Canciones basada en las Rimas de Becquer.
En 1889, realizó con gran éxito una gira de conciertos en Paris y Londres que lo animó a buscar fortuna fuera de España. Se instaló en Londres en 1890, hasta 1893 y, desde allí hizo conciertos en toda Gran Bretaña y el resto de Europa. En Londres se interesó por el teatro musical, y compuso su primera obra importante para la escena: The Magic Opal, estrenada el el Lyric Theatre en 1893. De esta etapa londinense, lo más destacable es su producción escénica y vocal.
En 1894, viajó a París, con motivo de la IV Exposición Universal, y fijó allí su residencia definitiva. en París fue muy bien acogido por los Compositores - Profesores de la Schola Cantorum, admiradores de Wagner, Frank y Saint - Saens. Él mismo impartió claseas de piano allí, y también estudió, por ejemplo, Orquestación con Dukas (el impresionista autor de El Aprendiz de Brujo), o Contrapunto con d'Indy.
Sus amigos de Paris, además de grandes músicos eran conocidos frecuentadores de salones y muy disfrutadores, como Chausson o Fauré. El impresionismo influyó en Albéniz en este tiempo, lo que se manifiesta en la creciente sutileza y estilización de sus producciones.
En 1894 estrenó en Madrid la Zarzuela en 1 acto San Antonio de la Florida, y la versión española de The Magic Opal, sin éxito. Parece que intervinieron algunas rencillas empresariales y musicales. También compuso la ópera Henry Clifford, que se estrenó en el Liceo de Barcelona en 1895 con éxito mediano (nunca más se representó). Henry - Clifford es el inicio de su colaboración con el banquero y poeta aficionado Fancis B. Money - Coutts, su mecenas (él llama a esta colaboración su "pacto de Fausto"). Money Coutts se hacía cargo del sustento y confort de Albéniz a cambio de que todas las composiciones líricas de éste fueran en exclusiva destinadas a los poemas y libretos del banquero. Así en 1896, estrena, también en el Liceo de Barcelona, una ópera basada en la novela Pepita Jiménez, de Juan Valera, con mejor éxito. Esta ópera se estrenó también en Praga (1897), Bruselas 1905), París (1923) y otra vez en Barcelona (1926).
La siguiente ópera fruto de esta colaboración es Merlín, que iba a ser parte de una trilogía basada en los romances de ciclo artúrico. Está ópera está siendo revisada en la actualidad, pero solo tuvo un estrenó parcial y no muy memorable en Barcelona en 1950.
Albéniz siguió componiendo mucha música para piano, y también canciones para concierto: To Nellie: six songs, y Quattre Melodies, también basadas en los poemas de su mecenas.
Y la Iberia.
Murió a los pocos meses de terminarla, de una dolencia renal conocida como enfermedad de Bright. Se le concedió la Legión de Honor francesa. en Francia se le tiene un gran aprecio.