Parque Lennon |
30 de enero.
Hoy llega Pato y la camita donde
va a dormir hay que repararla.
Ponce tiene un plan malvado,
mandó a Wifi, perrito loco de la casa, a despertarnos, el animalito cumplió su
cometido, me refiero a Wifi.
Llevamos a camita al patio, Ponce
sacó la herramienta y al iniciar la reparación recibió una llamada telefónica
que tuvo que atender, una llamada larga, lo suficientemente larga para como
para no tomar parte de la reparación.
El animalito regresó justo al
momento que acá su servidor terminó de arreglar la camita.
Me refiero al Wifi. Y a Ponce
también.
Después lo acompañé a dar un
paseo, Wifi se quedó.
Fuimos a la bodega donde le
surten los productos de la libreta.
Tomamos un camino bastante
agreste, loma arriba y bastante empinada, a esta zona se le conoce como “Vallondo”
o “El Hueco” ya que muchas de las casas ahí construidas están en lo que es un
pequeño valle rodeado de estas altas lomas.
Las construcciones ocupan el
valle y las lomas, a muchas de estas casas solo se puede llegar por andadores
estrechos, no tienen calle transitable por lo empinado del terreno.
En México sería algo así como una
Cuidad Perdida, pero con diferencias notables. Esta zona cuenta con servicios
básicos (agua, luz, drenaje, escuela, farmacia, hospital, servicio de limpia y
bodega), muy diferente a nuestras zonas marginales.
Cabe mencionar que Silvio se presentó
en este barrio, no sé qué concierto fue.
Por desgracia no saqué fotos, yo
había pensado en algunas tomas específicas, pero Ponce tomó otro camino de
regreso y no pasamos por aquella zona.
No bien llegamos a casa, Ponce
salió disparado al hospital donde está Ana, Lupita fue al aeropuerto por Pato y
yo me quedé con Wifi.
Palmera 1 |
Palmera 2 |
Yo tomaba unas bonitas
fotografías y sin darme cuenta pasó lo que tenía que pasar, llegó Pato.
Pato. |
Para la tarde fuimos al hospital
a visitar a Ana, ella está muy bien, de buen ánimo. Mañana siguen con los
análisis.
Al cuarto de Ana llegó también
Árlen, querida amiga que le puso salero a la visita, tanto que otros pacientes
nos pidieron guardar silencio.
Atardecer desde el hospital. |
Al salir del nosocomio ya la
tarde pintaba para convertirse en noche. Sin más dilación nos dirigimos al
parque Lennon, muy cerca de ahí está “La Bombilla Verde”, lugar donde se va a
presentar Frank Delgado.
Parque Lennon. |
Frente al Parque Lennon. |
Dado la hora y el recorrido ya
teníamos algo de atraso en el asunto de la comida, encontramos un paladar
llamado “Vampirito” y dispusimos devorar las viandas.
Estábamos en plena obra
masticatoria cuando le llegó una llamada a Lupita, era Doris que se comunicaba
desde “La Bombilla Verde”, nos informaba que tenía todas las mesas reservadas y
no había lugar para nosotros.
Fuimos al lugar, se trata de una
casona donde habilitaron el recibidor para convertirlo en un pequeño foro.
En efecto, el lugar tiene pocas
mesas y todas está reservadas. No insistimos, saludamos a los amigos y nos
retiramos del lugar.
Nos queda pendiente “La Bombilla
Verde” ya tendremos oportunidad en otro viaje.
Dada la llegada de Pato, bueno
del Norte, la temperatura refrescó y algo de frio hacía y algunos de los
acompañantes no habían comido, así que nos fuimos a la quinta avenida donde hay
un paladar que tiene la fama de preparar las mejores hamburguesas de La Habana.
No las probé, primero porque tenía
poco que había comido el “Vampirito” y segundo porque el Norte había provocado
que el mar se agitara y grandes olas rompían contra el malecón.
Olas gigantes rompían contra las
rocas y las salpicaduras enormes saltaban el muro y regaban con sus aguas
inquietas el asfalto de la avenida. Muy pronto dejaron de pasar automóviles por
la ruta.
Incluso las tapas de las
alcantarillas habían salido disparadas por la fuerza del agua, grandes
surtidores como geiser urbano brotaban de las alcantarillas abiertas.
Geiser urbano. |
Bien lo resumió Pato, nos pedimos
el concierto de Frank, pero a cambio nos encontramos con el concierto mayor, la
Sinfonía del Mar.
(Un paréntesis, durante las
visitas a los distintos lugares que a los que hemos ido, llevo una libreta,
anoto algunas incidencias y en la noche escribo la memoria del día, digo esto
pues ya noche, mientras escribo estas líneas Pato no para de hablarme ¡No para!
El asunto es de risa loca ¿Será su sana costumbre o acaso me provoca a
equivocarme? Por lo pronto me río mucho. Fin del paréntesis).
Dimos con un bonito café donde
platicamos un rato y entramos en calor, el frío cala.
Llegó Jóse con El Unicornio, le
pedimos que tomara por el malecón para ver el mar agitado. Jóse sonríe y nos
trae de regreso por caminos alejados del malecón y las olas gigantes.
8 comentarios:
Puente querido esperó que salga mi comentario.
Efectivamente Pato llegó!
La fuí a buscar al aeropuerto con José en el Unicornio.
Salió un poco tarde, incluso José me preguntaba sobre sus señas personales para identificarla rápidamente, es eso salió una mujer que José confundió con Pato y estaba en la aclaración cuando la Pato salía justo detrás de la pasajera que había confundido José.
Fue una cuestión de mirarnos como si nos hubiéramos visto ayer, porque recién en octubre habíamos coincidido en Argentina, fue una sensación muy curiosa pero linda, llena de camaradería.
Los quiere.
Guadalupe
Pues sí, llegó Pato.
Pero bueno, este es apenas el relato de su llegada, esperen a saber de sus patroidades.
Jejeje.
Ver a Pato en casa de Ana fue de las cosas más lindas de este viaje, el reencuentro fue muy emotivo.
Hay nueva entrada.
Ey, no me dejaste ni siquiera un ratito disfrutar de mi llegada, jajajaja.
Recuerdo tanto ese concierto sinfónico del mar!!!!
¿qué te habré estado contando esa noche de tanta risa?
Que lindo que fue coincidir allí y compartir la casa.
Fue el día en que conocí a Ana y Rosalía en el hospital!
¡Pato malo!
¡La entrada está desde el viernes temprano!
A saber...
Viernes.
Sábado.
Domingo.
Y parte del lunes.
¡¿Ni un ratito?!
Pato muy malo.
Jejeje.
Es q no estuve disponible el finde, anduve de retiro.
Te diste cuenta q te arreglé el tema vídeos no disponibles???? Y después me decís pato malo...
Gracias Patito ¡tu siempre tan buena!
Pero eso no quita que seas Pato malo.
¡Ya llegará el momento de publicar las historias!
Jejejeje.
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