La Habana 1762 grabado sobre madera. |
Enero 25
Iniciamos un nuevo viaje a La Habana.
Llegamos temprano al aeropuerto, después
de los trámites de rigor y la espera normal abordamos el avión.
Como siempre antes de entrar le
pido a la aeronave que nos lleve con bien a nuestro destino.
El vuelo fue muy cómodo y
estático, salvo a la salida de la cama de nubes, que brincó un poco, el resto
del viaje fue muy tranquilo.
En el aeropuerto José Martí los
trámites de ingreso fueron muy eficientes, cuarenta minutos después de
aterrizar estábamos por pisar de nuevo suelo cubano.
Jóse llegó puntual por nosotros, el
incansable unicornio traía de sorpresa música de Silvio para acompañarnos por
el camino a Regla.
Jóse, infaltable. |
Por cierto, Jóse tomó otra vía
para llegar a casa de nuestros amigos, así que no pasamos por el parque Lenin.
Extrañé mucho la bandera cubana saludando al paso de los viajeros.
Calles habaneras. |
Otro asunto, pareciera que Tláloc
era nuestro acompañante, con nuestra llegada se desató una lluvia finita y
suave, de esa lluvia que no hace ruido, que acaricia las flores nuevas.
Llegamos a Regla, a la nueva casa
de Ana y familia.
Es una casa grande y cómoda,
donde abundan las ventanas y el aire pasa y refresca.
De casa de Ana fuimos al
hospital, nuestra querida amiga fue ingresada por una serie de asuntos que
había que atender.
Ana está de muy buen ánimo,
contenta de vernos y de platicar con nosotros, Rosalía la ha acompañado en estos días de velar por la salud.
Desde el alto ventanal de su
habitación se ve el mar, altas olas rebasan la frontera del malecón y riegan
con sus aguas la amplia avenida.
Ana tiene muchas visitas, seis o
siete, no sé, pero el cuarto se alegra con la cháchara y las risas apenas
contenidas.
Las otras pacientes disfrutan de
la algarabía.
La visita termina a las seis, nos
retiramos minutos antes de la hora.
Ya en casa de nuestros amigos
salimos por unas cervezas Bucanero. Tras departir y charlar con Ponce salimos
un poco a la noche, la lluvia ha parado al fin, pero el viento es fuerte.
Una mancha de luz en el cielo me
sorprende, el cielo nocturno se despeja en sectores muy precisos, son
ventanales del tiempo que me muestran el brillo milenario de tres estrella y
media luna.
Estoy feliz, estoy en Las Habana
y estoy con Lupita.
7 comentarios:
Llegaste a Cuba!!!!!
Llegamos dijo Lupita.
Querido Puente:
Por fín llegamos a Cuba, en el marco de la Feria Internacional del Libro.
Fue un inicio maravilloso!!!
Los quiere siempre.
Guadalupe
Ohhh... qué lindo!!!! Me preparo para seguir este viaje... Gracias, Armando y Lupita.
¡Hola Mariluz!
Te mando un beso.
Yo te devuelvo una tonelada :-)
Me sumo a la platea
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